Grata velada la de ayer y muchas caras conocidas entre los asistentes.
Comenzó con Miguel Prado, a quien ya he visto anteriormente en acción. Tengo que reconocer que su actuación no acabó de convencerme en esta ocasión… la propuesta me parece interesante a nivel conceptual, si bien la puesta en práctica quizás no aporte demasiado. Experimentación, cierto, pero nada nuevo en realidad. Nada que no se haya visto antes. Nada sorprendente.
Acto seguido, Stephen O’Malley y Peter Rehberg se adueñaron del escenario para ofrecer una actuación muy, muy sólida. Tal y como era de esperar, drones, exploración de diferentes frecuencias y mucha contundencia. Buena calidad de sonido y un volumen no excesivamente alto. ¿Algún punto negativo? Una actuación demasiado breve para mi gusto; no mucho más de 35 minutos supieron a poco.

Dato anecdótico: O’Malley estuvo sorprendentemente amable, considerando su fama de díscolo, y no tuvo ningún problema en charlar un rato con mi amigo H. Bueno, el hecho de que H sea un gran fan suyo y apareciese con los libretos de todos sus trabajos habrá ayudado bastante. Supongo.
Escuchando: Bade saba – Sussan Deyhim