Música en soportes físicos

Todo apunta a que estamos presenciando la desapareción progresiva de los soportes físicos, aunque se prevea un largo periodo de transición. Entre otras razones, por la fuerza del coleccionismo, ya que para muchos es difícil disociar contenido de continente; así, los soportes físicos se perfilan como «producto premium» para fans acérrimos.

¿Romanticismo? Sí, pero aparentemente con futuro. Una buena prueba de ello es que el vinilo resurge en ciertos ámbitos, y con fuerza. Para muestra, un botón: este artículo escrito por Víctor Rodríguez para Hipersónica, o este otro artículo que MarketingNews.es ha dedicado a la campaña de promoción de este formato llevada a cabo por Fnac.

Conste en acta que yo siempre he detestado el vinilo por su patente falta de practicidad: características volumétricas y exigencias de mantenimiento, con las consiguientes dificultades para su almacenaje y transporte; cuidados del tocadiscos; dificultad para localizar pistas; etc. No obstante, reconozco su valor como «materialización musical». La fuerza gráfica que presenta la funda de un vinilo es real y su «falta de practicidad» es posiblemente una de las razones, por paradójico que resulte, para esta segunda juventud. Y todo esto sin olvidar que, para regocijo de la industria musical, es mucho más difícil de duplicar.

Escuchando: Two worlds – Paradise Lost

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