‘Raqs Gothique’

Hace tiempo que tengo pendiente dedicar una entrada a este tema, de modo que, aprovechando el compromiso adquirido anteayer, ahí van unas líneas sobre la «danza del vientre» en su vertiente más tenebrosa.

La danza oriental está grabada a fuego en nuestra «memoria colectiva» gracias, en gran parte, a escenas como la danza de la serpiente de una joven Salma Hayek en Abierto hasta el amanecer.

Los orígenes de esta disciplina exótica, sugerente y misteriosa no están demasiado claros. El raqs sharqi, que aglutina influencias de Oriente Medio y del norte de África, comenzó a popularizarse en occidente a partir del S. XVIII. Hoy por hoy está asociada en nuestras mentes al mundo del espectáculo y dista bastante de sus planteamientos originales (por ejemplo, la indumentaria «tradicional» que se nos viene a la mente poco tiene que ver con la realmente histórica). Quizás todos tengamos en mente como danza oriental actuaciones como este solo de percusión de Sadie.

El mestizaje es una forma natural de evolución y esto es precisamente lo que persigue el Fusion Bellydance. Así, a los elementos originales se van añadiendo muchos otros, como pueden ser los derivados de la danza contemporánea (pensemos en el ATS, por decir algo). Esto se manifiesta en infinidad de aspectos y supongo que no será necesario que aclare que la plasticidad de estas actuaciones puede llegar a ser asombrosa. Por poner un caso menos manido, vamos con esta danza de la espada del sable de Isidora Bushkovski.

De esta fusión de estilos se derivan corrientes como el Raqs Gothique, más conocido como Gothic Bellydance, que aspira a crear una nueva expresión combinando danza oriental con elementos oscuros. Hay innumerables ejemplos, desde la estadounidense Jeniviva hasta la española Morgana.

Curioso, cuando menos. ¿Verdad?

Escuchando: Clothes of sand – Steve von Till

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