Música y artwork

Pertenezco aún al selecto club de bichos raros que compramos música en formato físico. De hecho hoy he recibido mi último pedido a Projekt, con varios álbumes que me apetecía mucho tener; ediciones en digipack o formatos especiales (A5), con presentaciones esmeradas y, en algunos casos, en ediciones limitadas.

He comentado muchas veces que el futuro de la música es intangible, esto es, digital; y he comentado también con muchas personas la tristeza de ver cómo irá desapareciendo todo el artwork asociado a los soportes físicos. Sin embargo, me he quedado pensando que quizás ese artwork se vea sustituido por otro, al fin y al cabo las opciones que brinda la tecnología en ese sentido son espectaculares. Supongo que por algo uno de mis refranes favoritos es «no hay mal que por bien no venga».

Ah, y otra reflexión adicional: ¿alguien podría explicarme cómo es posible que, en ocasiones, me salga más barato comprar a mis amigos de Projekt los álbumes que edita CMI, cuando esto equivale a que resulta más asequible comprar CDs que han cruzado el charco y han realizado el recorrido inverso hasta llegar a mis manos?

Escuchando: Et ensomt minne – Vàli

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