Lo sublime en el arte se refiere a una belleza extrema cuya observación puede llevar a la locura. Cuando se lleva más allá y se convierte en algo espeluznante, aterrador y angustiante se convierte en “lo siniestro”, que podría definir como “el reverso tenebroso” de lo sublime.
En su obra “Lo bello y lo siniestro”, el filósofo Eugenio Trías pone de manifiesto la estrecha relación entre ambos conceptos y con respecto a lo sublime. Trías bucea en textos de diversas épocas y en múltiples manifestaciones del arte y la literatura a fin de establecer límites y encuentros, partiendo de los estudios de 1919 de Sigmund Freud sobre lo siniestro. Y comienza presentando dos definiciones precisas de la mano de Rainer María Rilke, para quien “lo bello es el comienzo de lo terrible que todavía podemos soportar”, y por otro lado de Schelling, quien define lo siniestro (Das Unheimliche) como “aquello que, debiendo permanecer oculto, se ha revelado».