Carajo, cuánta razón y cuánto tiempo hacía que no sabía nada de este hombre! Salud, Absalon!!
Hace relativamente poco y a causa del tema del documental ya vertí mi opinión en el foro de la web siniestra Batcult, pero bueno, vamos a darle más vueltas ;P. Coincido en que es imposible que sea representativo de una escena ya que básicamente se compone de gente contando su vida y cada uno es de su padre y de su madre, sin tener nada que ver que se declaren «góticos» delante de las cámaras. Como factores de unión, al menos en Madrid, ya que el socumental iba esencialmente sobre góticos en esta ciudad, sólo podría encontrar como factores de unión los locales por los que salen y quizás cierta música que se escucha en estos sitios (pero vamos, en el documental se le daba 0 importancia a estas dos cosas).
Tengo decir que algo que me irritó bastante fueron las referencias históricas que hacían algunas personas, creo que para interpretar un tema, primero hay que conocerlo, al menos para aportar datos más o menos coherentes. Así que me parece que mucho gótico tampoco tiene unos referentes culturales y les puede más pues…¿cómo decirlo? «dárselas de romanticón», por ejemplo.
Y lo dice una no-gótica, pero de góticos podría decir que sé un rato, jajaja.
¿Quién da más?
He aquí uno de los temas controvertidos por antonomasia. La verdad es que no me apetece demasiado entrar en polémicas, si he resaltado este texto se debe a que el hecho de que un colectivo trate de autodefinirse me parece un ejercicio de reflexión y análisis muy interesante.
He de decir que comparto muchas de las conclusiones expuestas por nuestro estimado P. y, personalmente, considero que en la actualidad el único punto de cohesión en la escena (¿o escenas?) radica en cierta afinidad estética (y con esto pretendo ir más allá de las cuestiones relativas a la imagen, claro está).
En cuanto al archidebatido tema del documental, decir que me parece una mera amalgama de testimonios… pero vamos, para ir «de lo particular a lo universal» creo que sería necesario un esfuerzo algo mayor (nótese el sarcasmo).
Como diría un amigo mío, «cada uno es cada uno y tiene sus caudaunadas» :)
Estimados Contertulios!
Antes de nada: saludos también de mi parte. Lo cierto es que me has pillado por sorpresa, pero agradezco mucho que hayas tenido en cuenta la entrada. De hecho se trata de un comentario vertido en el foro Opusnigrum con motivo de la exposición del documental en televisión.
En general lo que opino de lo que se pretende erigir como cultura gótica lo he expuesto en la entrada. El documental es unilateral y está fundamentado en psicologismos y subjetivismos, en efecto, y se centra en una región geográfica muy determinada. De manera que no le veo sentido a algunas de las críticas que reclaman mayor representatividad, porque esta sería solamente posible si el documental se estructurase conforme a otros propósitos.
Cierto es que muy a menudo lo gótico se ha anclado en un romanticismo tardío e idealmente refinado; y también muy a menudo esto se ignora. A su vez se han ido entremezclando una gran variedad de elementos cuya suma no ha aportado en realidad nada más que un mayor abanico de comercialización y mercantilismo, una de las razones por las que la escena o el movimiento goza de tanta aceptación. Existe una demanda, y existe la oferta -y viceversa.
Yo no creo que se pueda ir de lo particular a lo universal -nótese, asímismo, la ironía. En realidad, yo me cuestiono la existencia de algo como lo gótico -y a mi no me importa meterme en polémicas. Es evidente que existen vínculos entre las diferentes regiones o ámbitos de la escena -llamémosle provisoriamente de esta manera. Pero se han estilizado tanto que en ocasiones es difícil encontrar un mínimo de cohesión interna. Lo cual no es malo, ni tiene porqué ser de otra manera, pero aniquila toda posibilidad de considerar un núcleo cultural común. Ergo: la universalidad equivaldría a negar tajantemente lo gótico como cultura, ya que no es ni mucho menos extensible a todos sus miembros desde el momento en que se basa en la perspectiva auténticamente personal de aquellos que consciente y voluntariamente deciden -es decir, toman la decisión- de pertenecer a la así llamada cultura gótica.
Bueno, basta por ahora.
Sin más me despido con un cordial saludo a todos.
Absalon
Para tratar de «documentar» la cultura gótica en general hay que ir más allá de Madrid, eso está claro.
También es obvio que la etiqueta de gótico abarca hoy en día manifestaciones tan divergentes que es no es demasiado fácil encontrar puntos de unión. No obstante, con mi alusión a cierta afinidad estética me refiero a que tampoco resulta imposible encontrar nexos, incluso entre subgrupos aparentemente alejados: cuando no se trata de gustos musicales, se trata de gustos literarios, cinematográficos, etc.
¿Sería el arte la manifestación de la mencionada «afinidad estética»?
En cuanto a la pertenencia, decir que la voluntariedad es un factor importante, pero no sé hasta qué punto decisivo. Todos conocemos a personas a las que calificaríamos de «góticas» y que, sin embargo, ni se sienten ni se postulan como parte de la «escena». En ocasiones la pertenencia es algo independiente de la voluntad.
Carajo, cuánta razón y cuánto tiempo hacía que no sabía nada de este hombre! Salud, Absalon!!
Hace relativamente poco y a causa del tema del documental ya vertí mi opinión en el foro de la web siniestra Batcult, pero bueno, vamos a darle más vueltas ;P. Coincido en que es imposible que sea representativo de una escena ya que básicamente se compone de gente contando su vida y cada uno es de su padre y de su madre, sin tener nada que ver que se declaren «góticos» delante de las cámaras. Como factores de unión, al menos en Madrid, ya que el socumental iba esencialmente sobre góticos en esta ciudad, sólo podría encontrar como factores de unión los locales por los que salen y quizás cierta música que se escucha en estos sitios (pero vamos, en el documental se le daba 0 importancia a estas dos cosas).
Tengo decir que algo que me irritó bastante fueron las referencias históricas que hacían algunas personas, creo que para interpretar un tema, primero hay que conocerlo, al menos para aportar datos más o menos coherentes. Así que me parece que mucho gótico tampoco tiene unos referentes culturales y les puede más pues…¿cómo decirlo? «dárselas de romanticón», por ejemplo.
Y lo dice una no-gótica, pero de góticos podría decir que sé un rato, jajaja.
¿Quién da más?
He aquí uno de los temas controvertidos por antonomasia. La verdad es que no me apetece demasiado entrar en polémicas, si he resaltado este texto se debe a que el hecho de que un colectivo trate de autodefinirse me parece un ejercicio de reflexión y análisis muy interesante.
He de decir que comparto muchas de las conclusiones expuestas por nuestro estimado P. y, personalmente, considero que en la actualidad el único punto de cohesión en la escena (¿o escenas?) radica en cierta afinidad estética (y con esto pretendo ir más allá de las cuestiones relativas a la imagen, claro está).
En cuanto al archidebatido tema del documental, decir que me parece una mera amalgama de testimonios… pero vamos, para ir «de lo particular a lo universal» creo que sería necesario un esfuerzo algo mayor (nótese el sarcasmo).
Como diría un amigo mío, «cada uno es cada uno y tiene sus caudaunadas» :)
Estimados Contertulios!
Antes de nada: saludos también de mi parte. Lo cierto es que me has pillado por sorpresa, pero agradezco mucho que hayas tenido en cuenta la entrada. De hecho se trata de un comentario vertido en el foro Opusnigrum con motivo de la exposición del documental en televisión.
En general lo que opino de lo que se pretende erigir como cultura gótica lo he expuesto en la entrada. El documental es unilateral y está fundamentado en psicologismos y subjetivismos, en efecto, y se centra en una región geográfica muy determinada. De manera que no le veo sentido a algunas de las críticas que reclaman mayor representatividad, porque esta sería solamente posible si el documental se estructurase conforme a otros propósitos.
Cierto es que muy a menudo lo gótico se ha anclado en un romanticismo tardío e idealmente refinado; y también muy a menudo esto se ignora. A su vez se han ido entremezclando una gran variedad de elementos cuya suma no ha aportado en realidad nada más que un mayor abanico de comercialización y mercantilismo, una de las razones por las que la escena o el movimiento goza de tanta aceptación. Existe una demanda, y existe la oferta -y viceversa.
Yo no creo que se pueda ir de lo particular a lo universal -nótese, asímismo, la ironía. En realidad, yo me cuestiono la existencia de algo como lo gótico -y a mi no me importa meterme en polémicas. Es evidente que existen vínculos entre las diferentes regiones o ámbitos de la escena -llamémosle provisoriamente de esta manera. Pero se han estilizado tanto que en ocasiones es difícil encontrar un mínimo de cohesión interna. Lo cual no es malo, ni tiene porqué ser de otra manera, pero aniquila toda posibilidad de considerar un núcleo cultural común. Ergo: la universalidad equivaldría a negar tajantemente lo gótico como cultura, ya que no es ni mucho menos extensible a todos sus miembros desde el momento en que se basa en la perspectiva auténticamente personal de aquellos que consciente y voluntariamente deciden -es decir, toman la decisión- de pertenecer a la así llamada cultura gótica.
Bueno, basta por ahora.
Sin más me despido con un cordial saludo a todos.
Absalon
Para tratar de «documentar» la cultura gótica en general hay que ir más allá de Madrid, eso está claro.
También es obvio que la etiqueta de gótico abarca hoy en día manifestaciones tan divergentes que es no es demasiado fácil encontrar puntos de unión. No obstante, con mi alusión a cierta afinidad estética me refiero a que tampoco resulta imposible encontrar nexos, incluso entre subgrupos aparentemente alejados: cuando no se trata de gustos musicales, se trata de gustos literarios, cinematográficos, etc.
¿Sería el arte la manifestación de la mencionada «afinidad estética»?
En cuanto a la pertenencia, decir que la voluntariedad es un factor importante, pero no sé hasta qué punto decisivo. Todos conocemos a personas a las que calificaríamos de «góticas» y que, sin embargo, ni se sienten ni se postulan como parte de la «escena». En ocasiones la pertenencia es algo independiente de la voluntad.